Por: Joss Garzón
El fuego es uno de los elementos más populares, cuyo poder es enorme, imparable; el fuego arrasa, limpia, pero también renueva. El fuego siempre ha representado destrucción, pero también poder y misterio y en este último rubro, ha sido uno de los elementos más utilizados en todo tipo de rituales mágicos; algunas religiones lo utilizan como símbolo de renovación, cuidado, veneración, e inclusive, se dice que el fuego de las velas guía a las almas en su transición de la vida a la nueva vida, conocida como la muerte física.
En los rituales espirituales o mágicos, el fuego es un elemento de vital importancia representado por velas, a las cuales se les ha adicionado no sólo el color para poner la intención de lo que se quiere manifestar, sino también se pueden agregar hierbas, símbolos y otros elementos que nos ayuden a potencializar el propósito de nuestro ritual, pero sí hay unos pasos por demás importantes que es imprescindible seguir para que nuestro ritual sea más personalizado y nos aseguremos que cumple algunos requisitos para llevar a cabo aquello que queremos manifestar:
- Cualquier ritual que desees hacer, lo primordial es NO hacer daño a nadie; que sólo sea para tu más alto bien y para algo que traiga prosperidad y abundancia a tu vida, pues recuerda que existe un karma que es la ley de la correspondencia; aquello que hagas y desees, regresará a ti multiplicado.
- Cualquier vela hecha a mano servirá para tu propósito.
- Si la vela no te gusta, no te sientes cómodo, o simplemente no te vibra, no la utilices, siempre que dudes de su procedencia deséchala y usa una que sientas que te puede ayudar.
- La limpieza y el sumo cuidado de en dónde colocarás tu vela es muy importante, por lo que también es muy recomendable limpiar o lavar bien tus manos y el lugar en donde la colocarás y claro, un lugar seguro en el que no se pueda ocasionar algún accidente.
- El color es muy importante para tu propósito; a continuación, una guía rápida de los colores y días para que sepas cuál utilizar en cada caso:
Rojo: Fuerza física, voluntad, protección, firmeza, voluntad, pasión. Día: martes.
Naranja: Es la vela de la nobleza, de la humildad, el progreso, la unión, el optimismo y la alegría. Podemos utilizarla en caso de que nos sintamos tristes o sin ganas de seguir adelante, pues nos ayudará a recuperar nuestra vitalidad y energía. Día: domingo.
Amarillo: Se utiliza para proteger a la familia, empleados, niños, para sobresalir en actividades deportivas y artísticas, para activar la creatividad y es la vela de la comunicación por excelencia, ya sea verbal o escrita. También se puede utilizar para concentrarnos en el estudio y la lógica. Día: miércoles.
Verde: Esta vela nos ayuda a relajarnos, es el color de la sanación tanto física como mental y espiritual, representa la prosperidad, el crecimiento y el éxito, la buena salud, la paz, así como las uniones amorosas y/o reconciliaciones. La podemos utilizar también para peticiones en las que queremos aumentar nuestra autoestima. Día: sábado.
Azul: Exalta nuestras virtudes, valores y atributos espirituales, la honestidad, la lealtad. Es la vela de la sabiduría angelical. Nos ayuda también a descubrir la verdad de las cosas y también se utiliza para protección de malas energías. Su día es el viernes.
Rosa: Es la vela del amor, de la ternura, de los afectos sinceros; nos ayuda también a trabajar la paciencia y lo que tenga que ver con asuntos legales. También nos ayuda, junto con el verde, a despertar la intuición y nos ayuda a terminar aquello que habíamos empezado.
En caso de que no tengas, o no consigas una vela del color que necesitas, puedes utilizar una blanca y decretas el propósito de igual forma. También es muy importante que la limpies energéticamente sosteniéndola con tu mano izquierda y poniendo tu mano derecha por encima, cerca de tu corazón pidiendo a los ángeles de luz que la limpien de cualquier energía que las haya tocado antes de ti y al final le soplas para ayudar a los ángeles a limpiarla.
Se enciende de preferencia con un cerillo de madera pidiendo en ese momento que el fuego que se enciende sea solamente para el propósito que hayas puesto en ella.
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Bendiciones angelicales.