Después de la última final del futbol mexicano, que culminó este Domingo, con triunfo “sorpresivo” para los “Tiguerés” de la UANL, en patio ajeno, justo en el patio del vecino, que más que vecino, eterno rival, y precisamente por esta razón, cobra mayor relevancia este campeonato para los de la U, y significa un mayor sufrimiento y dolor para los Rayados, que pretendían firmar un torneo magistral con un campeonato que nunca llegó.
Lamentablemente para los del Monterrey, su odiado adversario ha dominado la liga los últimos años, han logrado crear una dinastía de época, que después de aquel Toluca de principios de siglo, en su mayoría comandado por el “Ojitos” Meza, no se había visto con tal realce, sin olvidar al Monterrey de Vucetich, o al América durante la presidencia de Ricardo Peláez. La pregunta es cómo es que se ha dado este dominio regio-universitario, y es que el conjunto de factores se ha dado como para así lograrlo. Primeramente un plan y proyecto a largo plazo, pero que no rinde frutos de facto como muchos piensan, ya que hay voces que hablan de proyectos a largo plazo como si estos por sí mismos fueran la panacea o garantía de logros. Una vez que se tiene un proyecto a largo plazo, se debe tener a un conductor, alguien que lo dirija y ejecute de manera adecuada, ya que un plan sin una correcta ejecución, es un papel en blanco, de nada sirve ejecutar pobremente un brillante plan. Ya con estos 2 ingredientes principales, sólo se necesita de la chispa que lo eche a andar, y en el caso del futbol profesional, es el dinero. En el caso de los Tigres, bajo el ala de una de las compañías más poderosas y orgullosas del país, como lo es Cemex, cuentan con fondeo, liquidez y solvencia suficiente para darle forma al plan, y esto se traduce en traer jugadores de calidad y comprometidos como el francés André Pierre Gignac, Enner Valencia, Javier Aquino, Jürgen Damm, Nahuel Guzmán, por nombrar algunos. Pero por último, el ingrediente que da el toque final, es el reglamento con el cual se maneja la FEMEXFUT y que permea en la Liga MX, y que permite justamente que equipos con poderío económico atiborren sus plantillas de jugadores extranjeros. Con la regla 10/8 que ha cambiado a 9/9, que indica que en una plantilla titular más los 7 sustitutos en un partido, podrán haber 9 jugadores formados fuera del país, es decir extranjeros que traen los equipos, en su mayoría, y 9 jugadores formados en México, no precisamente nacidos en el país. Al abrirse el cupo a jugadores extranjeros, los equipos de dinero como los del norte, traen a manos llenas figuras o jugadores con proyección, y en cambio equipos con economía más modesta, tal vez logren fichar los 9 cupos, pero de esos pocos tendrán el nivel adecuado para competir. Otra consecuencia poco comentada, es que ahora visores de algunos equipos ya voltean a ver a Sudamérica para buscar niños o jóvenes para formarlos en México, algo parecido a lo que hacen los equipos europeos, por lo que esos niños extranjeros quitan espacio a los mexicanos. Es por esto que los equipos de la Liga MX, ya raramente tienen figuras nacionales, y la balanza se empieza a inclinar para los equipos con poder económico, justo como ocurre en Europa, todo esto con el pretexto de dar un mejor espectáculo, que la liga de futbol sea un mejor producto.
Realmente el espectáculo ha sido muy parecido a los torneos previos a la creación como tal de la Liga MX o a la regla 10/8, en lo que ha habido diferencia es en la mercadotecnia que ha traído más gente a los estadios y generado un mejor negocio. Pero el nivel de competencia sigue en el mismo tenor, y lo vimos el día de ayer que el Pachuca no pudo vencer al Gremio en el mundial de clubes, siendo que para los equipos mexicanos, el vencer equipos argentinos, brasileños, uruguayos, etc no era de extrañarse en competencias como la Copa Libertadores. Los dueños de la liga tendrán que revisar a mediano plazo si querrán tener una liga en la que 2 ó 3 equipos dominen, y que pierda toda “espectacularidad” el ver a los mismos equipos coronarse.