UNA CAMPAÑA QUE VERDADERAMENTE VENDE UN PRODUCTO MÁGICO.
No piense que se trata de la campaña de un producto que hace milagros por la salud o hace bajar de peso a una persona en unos cuantos días, o que tiene la fórmula para lograr la eterna juventud, o puede hacer crecer el cabello de la noche a la mañana. Tampoco es una campaña para un producto que se pudiera hallar en cualquier anaquel de autoservicio, ni se exhibe en algún aparador de un centro comercial de prestigio. Sin embargo, es para un producto cuya existencia es un regalo a los sentidos y va más allá de satisfacer un capricho o un antojo de quien lo adquiere. Este es un producto en cuya creación no ha intervenido en absoluto la mano del hombre, ni ha sido contaminado con conservadores ni sustancias que atenten contra las salud. Sino por el contrario, todo en él es natural y está lleno de belleza tanto para quienes lo prueban y paladean por primera vez, como para quienes lo disfrutan en su vida diaria.
Y ese producto se llama Michoacán, el estado reconocido por su belleza, su diversidad de paisajes, el encanto de sus pueblos mágicos, santuarios y mucho más. Todo ello descrito en una serie de anuncios y comerciales, cuya presentación y narrativa está a cargo del canta autor originario de esa región: Marco Antonio Solís, quien en esa campaña publicitaria intitulada “Somos Michoacán, el Alma de México”, su fama internacional, figura y sencillez resultan un factor altamente valioso para lograr en sus mensajes un mayor impacto publicitario.
Dicha campaña fue lanzada en todo el mundo, para dar a conocer la grandeza del estado, el que ahora vive una nueva etapa de desarrollo y crecimiento en todos sentidos, y en el que el turismo tiene una gran importancia.
En sus comerciales es menester resaltar la temática de su narrativa pues, con frases cortas y hasta poéticas, refuerzan las imágenes captadas y editadas con gran sensibilidad fílmica, como las que exhiben esos cielos aborregados de sus hermosos amaneceres, el bello y arrullador oleaje de las aguas azules de sus mares, sus ruinas que parecen platicarnos su pasado, lo magistral y artístico de sus artesanías, las tradicionales cúpulas de sus iglesias que se recortan entre lacónicos rayos del sol, las incomparables redes de los pescadores que semejan ser las alas desplegadas de una mariposa, el colorido de sus danzas, el sabor del lugar en sus platillos tradicionales, la magia reconocida de sus pueblos, y lo más importante: la majestuosa arquitectura de la catedral de Morelia, cuya belleza le ha valido ser nombrada Patrimonio de la Humanidad, y cuya imagen es usada como “back ground” del final de estos estupendos comerciales, donde con la calidez que sólo un amigo puede ofrecer, “El Bucki”, anfitrión de estos mensajes, termina diciendo: “Somos Michoacán. Te invito a mi casa”
Felicidades a los creativos y productores por esta creativa campaña. Estoy seguro que verdaderamente vende un producto mágico.
https://www.youtube.com/watch?v=SM2vvHQNK8Y